Las “masitas” de la abuela Cándida

Creo haberos comentado en otra entrada que yo fui una niña flacucha, alta, desgarbada e inapetente a más no poder. Cuando llegaba la hora de comer en mi casa, yo era un suplicio para mi pobre madre que se desvivía intentando camuflarme en cremas y purés todo cuanto ella consideraba de alimento. Pero lo cierto es que, aparte de los huevos fritos con patatas, sus deliciosas croquetas y el pan con chocolate, pocas cosas despertaban mi apetito. Una de ellas eran precisamente las masitas que preparaba mi abuela Cándida, ¡que ricas me sabían!. Fue esta una receta que se perdió con los años, y que afortunadamente he recuperado hace poco gracias a la buena memoria de mi tía Clara.

Las preparé hace unos días y al sacarlas del horno un olor deliciosamente familiar me transportó de nuevo a mi infancia, y al probarlas se me escapó un suspiro y murmuré: “ay, abuela”, porque al instante volvieron a mi memoria un montón de recuerdos felices compartidos con ella. Una mujer admirable, bondadosa, sabia, alegre, tierna y entrañable. Junto con mi padre, las dos personas que más han influido en mi vida y de las que he recibido siempre los mejores y más valiosos consejos.

Una receta muy sencilla que espero sea de vuestro agrado. Para prepararla necesitaréis sólo estos ingredientes: (cantidades para unas 30 masitas).

• Cuatro huevos
• 200 g de harina de trigo
• 150 g de azúcar
• Medio sobre de levadura Royal
• Un chorrito de anís

Comenzamos batiendo muy bien los huevos con el azúcar y el chorrito de anís.

Añadimos después la harina tamizada y la levadura.

Dejamos reposar unos minutos la mezcla. Mientras tanto precalentamos el horno a 180º y forramos con papel vegetal la bandeja . Con ayuda de una cuchara sopera vamos poniendo porciones de masa sobre el papel y las horneamos por espacio de unos 10 minutos más o menos (el tiempo dependerá de cada horno).

 

Las sacamos del horno cuando comprobamos que tienen un color doradito, y ya las tendremos listas para degustar. Esponjosas y tiernas, son un bocado ligero y delicioso.

A mi me encantan solas o acompañando un buen chocolate, y espero que a vosotros os gusten también.

Entrada dedicada a mi tía Clara a la que adoro, por pasarme la receta, y por supuesto a mi maravillosa abuela Cándida a la que sigo añorando ❤

Posiblemente esta sea la primera foto que se hizo mi abuela, para tramitar su pasaporte y poder viajar a Buenos Aires a finales de los años 20. Ella también fue durante unos pocos años una emigrante en busca de mejores condiciones de vida.

Esta es la última entrada publicada del año, y quiero aprovechar la ocasión para desearos a todos unas dulces y felices fiestas, y un magnífico 2020 repleto de paz y amor. Desde Vigo, mi ciudad, con mis mejores deseos. ¡Que seáis muy, muy felices! 🙂

¡Felices fiestas desde Vigo! from Toñi Caseiro (Marieta) on Vimeo.

“Las masitas de la abuela Cándida” también está disponible en audio, en ivoox.

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